Gestión del Pensamiento en Educación Canina 360º


Educación canina 360º, educación canina integral,  gestión del pensamiento, gestión emocional, gestión emocional canina. Todos estos conceptos están íntimamente relacionados y son fundamentales para conseguir una convivencia en sintonía y el tan recomendable equilibrio en el Sistema Cansolar.

Del significado de la educación canina integral (360º) ya os he hablado en otro post y por tanto no voy a repetirme en este. Así que vamos a empezar por gestión, qué quiero decir cuando hablo de gestión. 

Gestión es la acción o acciones que se realizan conjunto con otras personas con el objetivo de conseguir resolver o solucionar algo. En el caso que  nos ocupa lo que queremos resolver es la convivencia mediante la educación canina y para ello vamos a gestionar pensamientos y emociones junto con nuestro amigo canino.

Puesto que en esta tarea somos los guías  los que tomamos las decisiones y debemos ayudar a la otra parte en la gestión. Para ello primero debemos ser conscientes de cómo hacerlo con nosotros mismos y así poder, desde la propia experiencia guiar al otro en su camino. 

Aquí tendremos que solventar el hándicap de que la otra parte no es humana, pertenece a otra especie que tiene características propias y distintas de las nuestras pero tienen cognición y sienten emociones. Cuando estemos en el proceso deberemos tener presente esto y lo más fácil es imaginar una mente de un niño de 5 años pero que habla un idioma distinto al nuestro. 

Así algo que deberemos tener como base para la gestión del pensamiento y las emociones es tener una comunicación efectiva con nuestro perro. 

Pero vayamos al objeto de este post que es la gestión del pensamiento en educación canina.

Los pensamientos están todo el día bullendo en nuestra cabeza por lo tanto su gestión es algo imprescindible si queremos mantener la salud, tanto física como psíquica y por lo tanto emocional. Hoy día sabemos que somos un organismo que funciona como un todo, no hay partes estancas. Todo está comunicado. El cerebro recibe información del intestino y del corazón. Y el intestino y el corazón reciben mensajes del cerebro. 

También sabemos que las emociones pueden gobernar nuestro cerebro y por lo tanto nuestras acciones. Pero las podemos manejar o gestionar desde el pensamiento pero para ello primero debemos aprender a gestionarlo y con él la energía que fluye por nosotros  y que los perros son expertos identificando.

Gestionar el pensamiento va a implicar tener una actitud positiva, evitar pensamientos catastrofistas como "este perro no aprende" ," soy una inútil", "ya sabía yo que no iba a salir bien",etc; porque estaremos generando frustración de antemano al poner el foco en el fracaso en vez de en el éxito. 

Tenemos que empezar a observar nuestro propio pensamiento especialmente unos minutos antes de empezar una tarea. Observa qué te dices y cómo te lo dices . En cuanto percibas que estás centrándote en el fracaso, para, respira profundo, canta. Esto último te lo recomiendo porque romperá totalmente la rutina de tu pensamiento, no hace falta que te compliques, elije una canción o estribillo que te motive o te haga reír. Lo importante es salir del estado anímico de fracaso.

Este nuevo hábito te llevará un tiempo adquirirlo pero plantéatelo como un juego, algo que llevará tu vida con tu perro a otro nivel. Comprobarás que eres más eficiente en tus acciones y que éstas tienen mejores resultados a medida que tu pensamiento empieza a centrarse en el éxito y no en el fracaso. 

Esto no quiere decir que no tengas en cuenta los posibles inconvenientes, recuerda que la técnica DiiPi te ayuda muy bien en esta gestión y te permite planificar con sentido común.

Además otro punto interesante de la gestión del pensamiento es que las emociones serán menos viscerales, menos impulsivas, no estará el estrés por el peligro del fracaso acechando sino la ilusión por conseguir el objetivo. 

Una vez que empieces a consolidar esta nueva forma de gestionarte observa a tu perro y se consciente de cómo tu energía también influye en el y como desde una perspectiva enfocada en el éxito y no en el fracaso eres capaz de ser más paciente y por lo tanto la comunicación entre vosotros es más efectiva permitiéndole un mejor aprendizaje .

Las emociones las podemos gestionar desde el pensamiento siempre y cuando seamos capaces de observarlas en nuestro propio cuerpo. Es un buen ejercicio para empezar es centrarnos en la respiración, encontrarás infinidad de maneras y ejercicios, elije el tuyo y empieza a gestionarte.

Y ¿Cómo hacemos para que nuestro perro también aprenda a gestionar sus emociones?. Puede ser un reto pero se consigue. Desde una comunicación efectiva, con empatía y paciencia además de añadir algo de juego conseguiremos que nuestro perro aprenda a controlar su impulsividad por ejemplo.

Para ello deberemos , primero anticiparnos al detonante si es necesario usa la técnica DiiPi te lo recomiendo; segundo comunicarle una energía de calma, la nuestra es una guía para él y para eso hemos aprendido a gestionar nuestros pensamiento y emociones. Y en tercer lugar darle una alternativa de acción frente a la que su emoción le dicta. 

Por ejemplo frente a  ladrar cuando se cruza con un perro podemos guiarlo hacia una acción más interesante como puede ser volverse hacia nosotros como referentes e indicadores de que todo está bien.

Te animo a reflexionar sobre tu propia gestión y observar cómo la hace tu propio perro, muchas veces son ellos los que nos guían a nosotros en este tema. 








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