Mi perro adoptado no juega

 



Si tu perro adoptado no juega no te preocupes, esto lo primero. Y ahora vamos a ver por qué no juega y si es necesario que juegue.

Los perros tienen una etapa de cachorros y adolescentes que es cuando más suelen jugar ya que es la mejor forma de aprender a relacionarse entre ellos y con el resto del mundo. El juego es la base del mejor aprendizaje.

Una vez pasada esa etapa el juego disminuye. Dependiendo del perro puede durar hasta el año, los dos años y en los casos de perros más activos hasta los 5. Pero esto en cuanto a estar la mayor parte del tiempo jugando. Porque para jugar no hay límite de edad .

Es también muy importante la raza del perro, no importa si es mestizo, siempre llevará un predominio en su genética que marcará cierta tendencias naturales en él. Hay perros como pueden ser los Golden que son lo que decimos cachorros eternos. Otros como los Husky son al año ya perros más serios y formales, lo que no quiere decir que no jueguen. 

Realmente juegan todos pero a lo mejor no lo hacen con juguetes que muchas veces es a esto a lo que nos referimos o no juegan con otros perros o no con cualquier perro. Es normal. Un perro no tiene que jugar con juguetes, especialmente los diseñados por humanos. 

Para un perro hacer hoyos en el jardín es jugar y es lo mejor. O robar calcetines incluso ladrar por la ventana para ver si te acercas a mirar con él. Eso es jugar que no es otra cosa que interactuar con el medio para probar, para entretenerse, para ver cómo funciona algo. 

Así realmente todos los perros juegan pero en algunos casos pueden no atreverse a jugar, para jugar hay que estar relajado y sentirse seguro. Un perro recién adoptado que ha pasado por malas experiencias necesitará un tiempo para sentirse seguro y puede que en presencia de otros perros no llegue a estarlo o no lo suficiente como para jugar.

 NO hay que obligarlo. No es necesario que juegue, con saludar, olerse e intercambiar  señales caninas ya está socializando. Siempre debemos respetar sus decisiones de interactuar. Obligarlos puede aumentar su aversión a los otros perros o humanos.

Tampoco tiene por qué jugar con una pelota, es más yo te recomiendo que olvides ese juego no aporta beneficios y si puede llegar a ser un problema de obsesiones.

Si el caso de tu perro es que jugaba mucho y de pronto ya no quiere tienes que asegurarte de que no sea algún problema físico, tipo lesión, acudiendo al veterinario. Y luego debes comprobar que no haya tenido una mala experiencia emocional durante el juego: otro perro jugando demasiado brusco, un ruido fuerte, o un regaño o enfado que convirtiera el juego en una experiencia desagradable. Esto último si tu perro es muy sensible o lleva contigo poco tiempo podría hacer que no quisiera jugar más contigo incluso aunque tu enfado no fuera con él  porque eso no puede discernirlo en cambio tu energía la percibe muy bien .

Otras veces es sólo cuestión de encontrar el juguete apropiado o qué lo motiva. Pero siempre teniendo presente que no tiene que jugar si no quiere o se atreve. Si en algún momento lo necesita, lo hará. 

Correr libre por el campo es un gran juego, por ejemplo, o simplemente pasear porque a medida que se haga abuelete y su energía disminuya sus entretenimientos serán más tranquilos y dependiendo del individuo puede que sean así desde cachorro. Cada uno tiene su personalidad, recuerda que son únicos e irrepetibles.





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