Implicaciones de que los perros no sean lobos
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La separación entre lobos y perros tiene su origen hace unos 37.000 años según últimos estudios obtenidos de los restos más antiguos hallados hasta la fecha.
Pero en la actualidad nuestro compañero de evolución no tiene nada que ver con aquel perro primigenio que sería aún muy parecido a un lobo en muchos aspectos. Ni siquiera nosotros somos iguales, es más entonces también cohabitaban el planeta con nosotros los Neandertales Hoy además de la infinidad de razas que han ido apareciendo especialmente los últimos 100 años podemos entender que las diferencias se agudizan.
Lo primero que se nos viene a la mente es las diferencias abismales en cuanto a su físico entre un lobo y por ejemplo un Yorkshire o Buldog francés, por poner un par de ejemplos. Imposible imaginar a este último cazando mamuts junto al hombre ¿ o si?
Pues aquí es dónde está el corazón de esta controvertida y apasionante cuestión de si son distintos y por lo tanto tienen cualidades diferentes o son iguales. Y puede que digamos claro que son distintos pero luego pretendemos darles de comer como si fueran lobos o que respondan instrucciones como si viviéramos en una manada y nosotros mismos también fuéramos lobos.
Cuando hace 33.000 años el perro caminaba junto a la humanidad de entonces ya había cambiado su forma de alimentarse y su forma de relacionarse.
