¿Por qué mi perro se orina cuando me ve?

¿ Por qué mi perro se orina cuando me ve? Primero hay que tener en cuenta la edad, si es muy cachorrín menos de 4 meses es posible que aún no sea capaz de retener bien y con la emoción de verte se le escape el pipí. O que sea ya abuelete y empiece a tener problemas de incontinencia de los que él ni se entera y, al igual que con el cachorro, con la emoción se le escapa.

Si ya va siendo más mayorcito y normalmente hace sus necesidades  en la calle, debemos empezar a considerar otros motivos y analizar en qué circunstancias se da. Porque no es lo mismo que se orine siempre que nos ve o que lo haga de forma esporádica, en este último caso hay que analizar las circunstancias en las que se produce el evento.

 De todas formas  siempre es recomendable hacer un chequeo veterinario y descartar un origen patológico del comportamiento.

Descartados problemas veterinarios ¿por qué otro motivo se orina tu perro cuando te ve? de  la emoción. Pero esta emoción puede ser la alegría o puede ser el miedo, especialmente si ha sido maltratado o si la primera vez fue de alegría y/o era pequeño y tú te enfadaste. Ahora teme tu enfado y se orina dicho de forma resumida.

También puede ser por sobrexcitación y que sea señal de que lo pasa mal cuando tú no estás, al verte se siente aliviado y no controla bien sus esfínteres. 

Sea como fuere y salvo por la edad como os he comentado, el orinar al verte está directamente relacionado con sus estados emocionales. Por lo tanto si quieres evitar que se repita será necesario que evalúes que estado emocional tiene tu perro normalmente, antes de irte, cuando no estás ( ya sabes, graba) y al volver. Esto te podrá dar alguna pista de que es lo que le está pasando y ponerte manos a la obra para poder solucionarlo.

Especialmente interesante hacerlo porque su salud emocional es importante para su bienestar y que sea un perro sano y feliz . Pudiendo ser reflejo de un problema más grave o profundo.

No le regañes e intenta darle siempre tu apoyo y recuerda que no saludarle es un castigo, así que aunque se orine, lo veas muy excitado, lo mejor es prestarle atención pero llevándolo a la calma de forma relajada y tranquila. Recuerda que nuestra energía se la transmitimos para mal pero también para bien. 

Es un flujo continuo, recogemos sus nervios y le mandamos nuestra calma.