7 CLAVES PARA TRABAJAR CON TU PERRO ACTIVO

  


7 Claves *



  1. Aprender a escucharlo 


Es fundamental saber escuchar para establecer cualquier relación sana y fluida, incluso con nosotras mismas. No se si es igual de difícil aprender a escucharnos a nosotras que aprender a escucharlos a ellos, los perros. Esos seres que permanecen junto a nosotros aunque no paremos y el ruido mental nos impida oír nada, ni dentro ni fuera de nosotras. En ambos casos debemos hacer algo de silencio y luego observar con la vista, el oído y el tacto. Nuestros amigos los perros son excelentes comunicadores y lo hacen prácticamente sin tener que “hablar”. Con sus movimientos y sus roces suelen evitarse el tener que ladrar, su último recurso que generalmente usan cuando ellos observan que andamos despistadas y no les prestamos atención. Por lo tanto tendremos que saber lenguaje canino: entender sus señales y así poder establecer una comunicación efectiva.


  1. Cultivar la paciencia y la empatía

Muchas veces con un perro activo deberemos darle el tiempo necesario para que su energía se encauce hacia la calma entendiendo que en esos momentos de excitación no puede pensar con claridad, necesita moverse, ladrar. Ponernos en su lugar nos ayuda a practicar la paciencia, imprescindible por otra parte si no queremos empeorar la situación. Recordad que nuestra energía o estado de ánimo es contagioso para él.


  1. Cultivar la calma

Enlazado con la clave anterior está el trabajar la calma para que la energía nuestra, como hemos visto sea la adecuada y  podamos contagiársela. De nada servirá que le pidamos a nuestro perro que se calme, cuando ya entienda que le estamos pidiendo, si nosotras estamos al borde de un ataque de nervios. E igual que nosotros esto se debe aplicar a visitas, niños, etc. Debemos ser coherentes con lo que le pedimos y lo que estamos haciendo. Un perro no comprende que se puede relajar si nosotras estamos nerviosas o inquietas así que ayudar a nuestro perro a calmarse pasa por que cultivemos nosotros primero la calma.


  1. Trabajar en tu comunicación, aprender a ser conciso y claro

Las personas tendemos a hablar mucho, irnos por las ramas, decir las cosas de mil formas diferentes y esto para un perro puede ser motivo de confusión y por lo tanto de estrés. Si encima el perro es activo estaremos generando una situación explosiva tipo bola de nieve, retro alimentándose mientras buscamos entre mil palabra-comandos la adecuada. Por lo tanto mi recomendación es que seamos lo más concisas y claras posibles. Esto se consigue al principio haciendo una lista de las palabras que vamos a usar para cada acción que queramos enseñar a nuestro perro y además procurando que no sean palabras muy parecidas en cuanto a sonoridad. Por ejemplo, si queremos enseñar a nuestro perro a sentarse y tumbarse deberíamos usar “sienta” y “tumba” porque aunque nos parezcan diferentes realmente tienen las mismas sílabas y terminan en a la dos, por lo que el perro ( esto depende mucho del individuo concreto) puede oírlas como iguales. Sería mejor usar “sienta” y “túmbate” o usar otro idioma; “sit” y “tumba”...Y por supuesto ser coherentes y  mantener siempre la misma palabra. De esta forma el aprendizaje será más rápido y certero evitando la frustración, elemento este muy rápido de aparecer en perros activos.


  1. Se curiosa, déjate llevar por la emoción de aprender cosas nuevas junto a él

Si hay algo que calma una mente activa es la curiosidad y la emoción de aprender cosas nuevas. Los perros activos se pueden volver adictos al aprendizaje, suelen ser en muchos casos, los llamados “ perros de trabajo”, aquellos que nos dicen que necesitan una ocupación o te volverán loca. Y así es, no son perros para estar sin hacer nada aunque haya que trabajar con ellos la calma en primer lugar para que así puedan aprender cosas nuevas, y ser curioso desde un estado emocional adecuado y no desde la ansiedad o el “mono”. Pero si hay algo que le gusta aún más que hacer cosas nuevas es hacerlas contigo. Suele coincidir que este tipo de perro es un perro “diseñado para trabajar en equipo” . Su guía, la persona humana con la que convive es su lugar favorito bajo el sol. No importa si llueve, si hace calor o si es un paseo tranquilo o una gran aventura, todo lo que le propongas le gustará especialmente si lo comparte contigo por eso todo lo que a tí te emocione como descubrir cosas juntos será  un lazo indestructible entre vosotros fuente de seguridad y por lo tanto confianza, antesala de la calma que necesita un perro activo. Conviértete en esa compañera de aventuras irremplazable. Y no creas que tienes que hacer grandes locuras, sólo lo que os alegre el día .


  1. Trabaja tu elocuencia: aprende a decirle las cosas a tiempo y con el tono correcto.

Enlazando con lo anterior, una manera de convertir cualquier cosa, como subir a un poyete y bajar, o pararse justo cuando va corriendo a tu lado y tu te paras, etc. Se convierte en una gran aventura feliz si sabes elegir el momento justo y si la manera en que lo miras, la manera en que le dices un bien o un yupi es entusiasta y refleja tu felicidad sincera de tener la suerte de compartir y disfrutar de su existencia junto a ti. 


  1. Colabora con él, forma equipo

Por último, recuerda que eres su guía, que el mundo por el que os movéis lo hemos fabricado y/o manipulado los humanos y está lleno de objetos, olores, ruidos muy extraños para él y por lo tanto tendrás que aplicar los puntos anteriores para que llegue a comprenderlo y no actúe como un “loco” si ve una moto pasar corriendo , unos niños gritando y jugando o cualquier otra cosa propia de nuestras sociedades humanas. No le regañes nunca por no entenderlo y haz de tí misma su lugar seguro y confiable. 


Estas 7 claves facilitan una convivencia en sintonía con un perro activo dentro y fuera de la familia perrunita. Y recuerda que antes de verte desbordada por su actividad y romper vuestro vínculo, las profesionales podemos orientar al equipo hacia esa convivencia en sintonía.



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* publicado originariamente en Visonarias

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