¿ Por qué empiezan las peleas entre miembros de la manada?

 
Podemos tener una manda estable durante años y de repente surgen las peleas. Si no sabemos leer a nuestros perros es posible, ocurre muchas veces, que interpretemos mal o no identifiquemos cual es el perro que desencadena las broncas.

Es muy importante por lo tanto saber interpretar las señales caninas, entender su lenguaje. 

Requiere que sepamos escuchar, en este caso tenemos que hacerlo más allá de oír, tenemos que empezar a escucharlo con la vista. Fijándonos en sus señales 
Tenemos que distinguir los matices tanto en los gruñidos como en los ladridos u otro tipo de vocalizaciones.

Además tenemos que aprender a leer sus señales corporales como son los movimientos de orejas, de cejas, de la cola, de la musculatura incluso los movimientos de los pelos. Por supuesto los movimientos de los ojos, boca y patas.

En definitiva debemos leer cualquier movimiento del que sea capaz nuestro perro y además tenemos que ser capaces también de leer a otro perro distinto del nuestro.

Vamos a ver un ejemplo para que nos de ideas de cómo poder solucionar, controlar o evitar los malos entendidos en la convivencia diaria. Uno de los momentos más habituales que desencadenan conflictos dentro de la manada suele ser el momento de la comida o en cualquier circunstancia que medie un recurso de valor.

La comida es un bien de primera necesidad, tanto para ellos como para nosotros, estos es fácilmente entendible. Por ello es muy habitual que los problemas tengan su primer brote en ese momento y / o alrededor de la comida.

Una de las primeras cosas que tenemos que hacer es identificar cuál de los perros es el que está menos relajado o más ansioso o incluso más temeroso. No siempre los conflictos por los recursos surgen de la intención de imponerse sino de la intención de defenderse o prevenir, por lo tanto es muy importante que sepamos distinguir estos estados en todos y cada uno de nuestros perros. No debemos dar por sentado que el más gruñón, por ejemplo, es el origen del conflicto.

Si es necesario podemos grabar los momentos de la comida, lo recomiendo siempre, para poder analizarlo en calma y verlo las veces que sea necesario.

Al analizarlos tenemos que considerar en qué perro nos debemos fijar y qué signos o señales comunicativas nos van a dar la información que necesitamos. En principio debemos fijarnos en los dos que se hayan peleado, si es que hubiera más. En segundo lugar debemos analizar su comunicación por separado, por eso es muy útil por no decir que imprescindible, grabarlos.

Hay que ir desgranando las señales, desde el inicio, observando y analizando desde su posición, la tensión muscular, las curvas de sus movimientos, las vocalizaciones o no, los movimientos de las miradas, si pestañea, si se relame y en qué momento de la acción lo hacen.

Luego pasaríamos a analizar al otro perro y así sucesivamente hasta haber analizado a todos los miembros de la manada. A continuación haremos un análisis de las interacciones entre ellos, es recomendable ir anotando lo que observamos por binomios de dos a dos y luego cruzarlos o ir añadiendo otros miembros en el análisis si fuera el caso.

Y así hasta haber detectado el detonante y el detonador, es decir , el momento y el perro que inició la acción. Normalmente no vamos a tener grabada la pelea pero si suele reproducirse con bastante precisión la dinámica que la generó. Por lo tanto los primeros días después de la pelea sería bueno grabar, pero con las siguientes precauciones porque no queremos que se repita.

Así pues la grabación deberías hacerla desde una posición que a ti te libere y puedas estar atenta a la manada, es decir, o te graba otra persona o dejas la cámara en un lugar que se vea toda la escena y tú no tengas que estar pendiente del proceso "cinematográfico".

También debes colocarte en un lugar central que impida cualquier repetición de la pelea, intentando que las posiciones habituales de los perros se mantengan en donde siempre.

A partir de aquí hay que tomar las siguientes medidas hasta dar con las posiciones adecuadas que eviten los conflictos.

  1. No coloques los comederos juntos , deja espacio, si es necesario usa otra habitación
  2. No coloques las caras de los perros frente a frente, ni lado a lado
  3. Coloca los comederos de manera que los perros se den la espalda
  4. Coloca los perros en un orden fijo y empieza a servir al más antiguo de la familia
  5. Enséñales a salir de la zona de comer en orden, para ello tendrás que asegurarte de que hay espacio para salir sin pasar por delante del comedero del otro o ponerte tu en medio y guiar la salida con seguridad
  6. Evita la sobreexcitación antes de ponerles la comida
  7. Asocia el finalizar de comer con un premio en el lugar de descanso o simplemente con estar tranquilo.
El último punto es también importante para evitar posibles torsiones de estómago, además de enseñarles a comer despacio.

En el siguiente vídeo de muestro algunos ejemplos para que puedas llegar a las posiciones más adecuadas y evitar los conflictos a la hora de la comida especialmente si tienes más de 3 perros.








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